El Día del vino argentino se celebra cada 24 de noviembre y recuerda la declaración del vino como bebida nacional, un reconocimiento que puso en valor el rol cultural, social y económico de la vitivinicultura en el país.
La fecha, que nació primero como decreto y luego se estableció por ley, invita a reflexionar sobre cómo el vino se volvió parte de la identidad argentina; desde el trabajo rural y las economías regionales hasta la vida cotidiana, donde se reúne historia y presente.
En Mendoza, epicentro vitivinícola del país, esta celebración activa rutas, propuestas y relatos que vuelven a conectar a las personas con el origen
El vino argentino no solo forma parte de la cultura local, también construye prestigio internacional. Este día se convierte así en una oportunidad para explorar proyectos que representan la diversidad del territorio, cada uno con su identidad y su vino ícono. La celebración funciona como una invitación a recorrer la provincia con otra mirada, entendiendo cómo cada viñedo narra un fragmento del vino argentino que se celebra en todo el país.