UNIÓN COMERCIAL E INDUSTRIAL MENDOZA


 “La sostenibilidad de la consolidación fiscal dependerá crucialmente de su aceptación social. Las autoridades han incrementado considerablemente los beneficios sociales y han mejorado la protección contra la inflación de los salarios y pensiones. Sin embargo, las recientes tendencias, especialmente el aumento de la pobreza a más del 50% a principios de 2024, tras un período de inestabilidad intensa en 2023 y una fuerte consolidación fiscal, indican que podría ser necesario un refuerzo adicional del apoyo social si esta tendencia no se revierte” (1).

 

 

Esto fue expresado por el FMI en un documento emitido luego de la evaluación Ex Post y antes de alcanzar un nuevo acuerdo con el gobierno de Javier Milei.

 

En coincidencia con lo que venimos planteando desde hace semanas, considerando que se deben continuar las medidas en el camino tomado, el importante organismo supranacional hace acento en no descuidar el aspecto social.

 

Es decir, que la macroeconomía no obtenga su éxito a costa de la micro, porque si bien hablamos de fríos números, el incipiente éxito de este plan surge gracias a que hay miles de empresas en la base, sosteniendo el día a día. Y esas empresas, son conducidas y mantenidas nada más y nada menos que por personas.

 

Es decir que la política llevada adelante por la actual gestión, parece entender al equilibrio fiscal, el descenso de la inflación y el control del tipo de cambio como fines en sí mismos, pero, está costando que implemente medidas para contribuir con un país más armonioso, productivo, con un estado que preste mejores servicios y garantice salud, seguridad, justicia y educación para sus ciudadanos.

 

Y en esta realidad súper difícil, hay quienes van sobrellevando su situación y otros que definitivamente no pueden. Bajo esta mirada, los que quedan fuera de juego, son “daño colateral”. Algunos se salvan y otros se mueren.

 

Los que se salvan agradecen a la Providencia y los otros se van.  Pero dada nuestra naturaleza, los demás, acostumbrados a los avatares de nuestro país, luchan por sostenerse ante el total desamparo de quienes también, deberían apoyar a la economía interna.

 

Algunas de sus herramientas, son el pase a la informalidad, antes de ir a la quiebra y otras, subsistir gracias a préstamos, hipotecas o todo a lo que se puedan acudir antes de dejar que su empresa muera.

 

Mientras, los precios y tarifas siguen subiendo.

 Para los formales, parece no haber salida.

 De ninguna forma queremos responsabilizar totalmente a este gobierno, que propuso un plan para recuperarnos de años y años de fiesta populista, pero si, pedimos (como el FMI) no solo conciencia social sino, además, un plan para recuperar la vitalidad interna de nuestra economía.

 Esto, para mantener el entramado social que todavía queda, pero también, para sostener a los colaboradores de nuestras actividades que no se cuentan como uno, sino como familias enteras que dependen de nuestras fuentes de ingreso.

 Observamos con angustia que mientras el gobierno resalta algunos aspectos de la macroeconomía en los que se está destacando, hacia lo interno, organismos especializados publican guarismos que no hacen más que mostrar el deterioro que vivimos cada día.

 

Necesitamos que nuestras autoridades puedan mirar hacia lo interno, demostrarnos que no estamos caminando a ciegas en esta realidad tan compleja.

 

Queremos mantenernos esperanzados y que mientras crece la imagen positiva de la gestión, que tiene muchos logros, reactivar nuestras empresas, mantener nuestra planta de colaboradores y poder generar la riqueza que tanto necesitamos, para, sintiéndonos útiles e integrados, crecer al fin.

 

Daniel Ariosto

Presidente

Comentarios

Comentar artículo