La cuenta regresiva se terminó. Llegó el gran día. Gimnasia y Esgrima se viste de gala, para la función más importante de su historia reciente. El mano a mano ante San Martín de San Juan busca depositarlo en la elite del fútbol argentino y hacia ese objetivo va el Lobo de los milagros.
La cita, la cancha de Belgrano, un barrio Alberdi que deja el celeste para teñirse de blanco y negro (de un lado) y de verde y negro (del otro). Es el final de una temporada, y la última chance para jugar con los mejores el año próximo.
El encuentro contará con VAR (estará Lucas Nobelli), algo clave teniendo en cuenta el polémico arbitraje de la última final del Reducido entre Maipú y Riestra. En el juego, el encargo de impartir justicia será Nicolás Ramírez, acompañado de Juan Pablo Belatti y Diego Bonfá como líneas.
El Lobo tiene todo casi definido y si en la oración hay un casi es porque Nazareno Solís sueña con estar post lesión. Al delantero lo exigieron y respondió pero será decisión final de Ezequiel Medrán ponerlo por más que no llegue al 100% o volver a apostar por el rendidor Gastón Espósito (de gran partido en Tucumán).
El resto sale de memoria: Matías Tagliamonte en el arco, Federico Torres, Diego Mondino, Maximiliano Padilla y Matías Recalde en el fondo
Ignacio Antonio, Fermín Antonini y Jeremías Puch en el medio más Nicolás Romano
Luis Silba con Espósito-Solís en el ataque.