Fue tremenda la consagración de Teqüe en la Copa de Oro del Torneo Regional del Oeste. No sólo porque es su primer título en tres finales disputadas, sino también porque el equipo resucitó desde las cenizas como el ave Fenix, para encausar un rumbo que lo tiene como el mejor equipo de la Región y el cual será uno de los representantes en el próximo Torneo del Interior A, al vencer a Marista 26-24 en la cancha de los “Curas”.
La alegría es inmensa, por su rica historia de mucho esfuerzo. Encima esto fue ante el equipo que venía de ser el último bicampeón del Top 8. Pero los teqüinos supieron morder en los momentos más importantes, como en esa primera jugada que dejó a propios y extraños un poco atónitos, pero que tenía su explicación. El “visitante” que no lo fue tanto en cancha de Los Curas, quería imponer condiciones desde el principio y tal cual lo planificado, los dirigidos por Gustavo Krestchmar no dejaron dudas para sacar adelante una final que tuvo un par de movimientos en el marcador, aunque con mucha bravura y buen rugby, lograron darla vuelta nuevamente para atrapar un título histórico frente a uno de los más históricos de la competencia. Fue 26-24 en una definición intensa, que por momentos estuvo parada por la revisión de jugadas, aunque limpia donde los actores hicieron del fair play un emblema común para que los más de seis mil espectadores pudieran disfrutar de un juego que empezaron ganando los Curas gracias a un penal de Bautista Filizzola.
Fue victoria para el representativo que tiene a Miguel Ruiz, exPuma, como su presidente. “Estos es algo único. Siento una alegría inmensa. Nos preparamos para esto”, comentó el dirigente, que también fue jugador y entrenador en la institución. “Fue una final que buscamos desde hace muchísimo tiempo y en la que fuimos fieles a un estilo. Nos hemos propuesto esto para ver hacia dónde queremos ir. Saldamos todos los problemas que teníamos en el club”, agregó.